domingo, 22 de diciembre de 2013

M de memorias


M de Memorias.


Yo escribo con ganas. Con ganas de desatarme. Llevo tiempo sin hacerlo y la verdad, lo echaba de menos. He intentado forzarme, y han intentado forzarme pero sin éxito. Uno no puede forzarse a escribir, ¿o sí?  Si es el caso, el que lo consiga que me enseñe como hacerlo.

La verdad es que de repente, me han entrado ganas, no se si serán las fechas que se aproximan, o el encuentro de nuevo con mi familia, o un acontecimiento especial que se aproxima con una persona especial.
En realidad lo se perfectamente, pero siempre nos gusta ponernos excusas y pensar que alguna razón buena hay para hacer o no hacer algo. Y sino ¿cuantas veces hemos dejado de estudiar para irnos a dormir y “estar mas descansados” al día siguiente? ¿Cuántas veces hemos encontrado algo, aunque sea un mísero cacahuete, para tener algo con que mojar la penúltima copa (nunca es la ultima) y así pensar que no vamos a dar positivo al soplar el alcoholímetro? Siempre encontramos excusas para todo, y para lo que queramos. Que si queremos salir, alguna excusa buena habrá para ir a dar una vuelta y volver tras una Noche de Conversión a las 7 de la mañana con el pan bajo el brazo.

Pues efectivamente, se de donde vienen las ganas de escribir, y cualquier excusa es buena para regalar unas líneas a esa persona especial que incita a adentrarse en el Vietnam Sentimental. Y es que esa persona la hemos tenido todos. Esa persona, es conocida desde muy pequeños, podía ser tu sombra (o tu la suya) durante uno o dos meses y luego no volver a saber nada durante los demás 10 u 11 meses siguientes pero al año siguiente, en la misma temporada estival, bastaba con una tarde para ponerse al día y otra vez uña y carne durante otro mes, o uña y mugre como dicen en México, siendo ella la uña, claro.
Poco o poco y según pasan los años, vas valorando más a esa persona, y tampoco es que tenga 70 años, pero de lo poco que se de la vida, ese ser, representa mucho.



Por esta razón, o con esta excusa, me permito contarles sobre M.
Probablemente, se sientan identificados, les permitiré pues que les pasen este escrito a quien quieran, si en algo les ayuda.



Conocí a M, antes de tener uso de razón, y si lo tenia no lo ponía en practica porque no seria capaz de darles ni un solo detalle de ese encuentro. Se convirtió en costumbre vernos, un mes al año, y cada año demostrando valer más y más,  por supuesto, quedándome yo atrás, y sin poder remediarlo. El lugar donde nos veíamos se caracterizaba por sus Vista Hermosas, o eso dicen. Y el plan, era el típico plan de serie española de los 80, para entretener a niños delante de la televisión el domingo por la tarde. ¿También ve a unos niños en bicicleta verdad? Pues esos éramos nosotros. Siempre contentos, sonriendo y disfrutando sin saberlo de cosas como la playa, el mar, el guitarreo (le encanta el guitarreo, por eso creo que a mi también)…


Tras esos veranos, coincidimos en otros sitios, otras situaciones. Se me hacia raro verla con abrigo. Hasta que hubo un año, en el que después de esos meses, aterrizamos en la misma ciudad, en principio, para quedarnos. No nos veíamos tanto como me habría gustado, pero ya era mas que antes. Tampoco pasaba nada, yo pensaba que siempre la tendría ahí, y que cuando quisiese la podría tener… ¡Que iluso!



Continuará…




Vividor Empedernido.-


lunes, 14 de octubre de 2013

Noches de Conversión


Noches de Conversión


Hoy os quería hablar de cierto fenómeno que ocurre algunas noches entre jóvenes y no tan jóvenes, pero que sobre todo, debería ocurrir más a menudo.

Hablo de esas tardes noches, que uno llega a casa después de clase, del trabajo o de quedar con su respectiva pareja; y tras esa ultima clase, esa ultima hora de curro o esa discusión de pareja, se tira en el sofá, como si esa vagancia de marmota que a todos nos encanta fuese a resolver por si solo todos lo problemas. En ese momento, uno piensa que una grúa con quince obreros de los años 30 no seria capaz de levantarlo,

                         

                  


y lo único que le apetece es fumarse un cigarro, tomarse una cerveza y escuchar un buen clásico de Sidney Bechet o de Django Reinhart.

                     


En ese momento, aquel amigo que tras 5 meses sin saber de él te manda un mensaje en el que sólo dice: “Tu! Una cerve?” Lo primero que uno piensa es “que pereza” porque te digan lo que te digan dirás “que pereza”. Pero ese amigo que por eso es tu amigo, y por eso se dice que lo amigos de verdad se cuentan con los dedos de una mano, sabe que tres frases tiene que decirte para convencerte de levantarte y de que si hay una causa en este mundo por la que levantarse, y esa razón son “los colegas”.

Una vez salido ya de casa y habiendo dicho “volveré pronto” es cuando la noche descubre su lado más ameno y hospitalario, y poco a poco según se vacían los vasos, el liquido en su interior se va convirtiendo y pasando del amarillo gaseoso de la cerveza y cierto color transparente que según la iluminación del local le añade un toque azul de tónica. De esta manera, la tristeza, la amargura y sobre todo la pereza se van convirtiendo en risa, tontería y borrachera, sobretodo borrachera.

Y es que los buenos amigos, son aquellos que te levantan cuando tropiezas y te ponen la zancadilla cuando llevas tiempo sin tropezar, son aquellos que no escuchan los lloriqueos y pamplinas al igual que harías tu, vamos, son aquellos que le ayudan a uno a mudarse de la calle melancolía al barrio de la alegría. Por esta razón las llamo noches de conversión.




Porque del “vuelvo pronto que hoy no salgo” al..” de noche la de ayer, no me acuerdo de la mitad” hay muy poco, pero no siempre cogemos el tranvía adecuado que nos lleve al Spleen de la diversión. Todo esta en la compañía, y el licor que elijamos (o nos elijan), que sea de vino, poesía o de virtud (Baudelaire) pero siempre, con actitud. 

         

      Vividor Empedernido & Cia.

martes, 1 de octubre de 2013

Presentación de Primeras


·      Ser estúpido, egoísta y estar bien de salud, he aquí las tres condiciones que se requieren para ser feliz. Pero si os falta la primera, estáis perdidos.” Gustave Flaubert

Inauguro este blog con unas pinceladas de lo que esto podría y debería contener. No son más que palabras pero de las que alguno podría enmudecer. No soy poeta ni escritor, solo un simple estudiante admirador de grandes hombres que con versos y prosa han descrito y han marcado pasado, presente y futuro de pueblos, ciudades (que no cuidades) y hasta sociedades y épocas. Hablo de Shakespeare, de Cervantes, de Stendhal o de Voltaire, como no, hablo de Scott FitzGerald y de Hemingway pero también hablo de J. Dicker, de J.D Salinger y como no, hablo de Serrat y de Sabina, y porque no, pongamos que también hablo de Madrid.






No pretendo ni mucho menos, crear polémica o molestar. Solo espero contribuir, un poco más, a degradar nuestra civilización. Ese morbo de saber, que algo malo haces pero sabiendo que por ser malo, gusta y vende. El problema suele ser, no del que lo hace sino del que consume, y así nos convertimos en objeto de escrito de Don Mario Vargas Llosa.



Espero que os divirtáis, y espero que crezcan nuestras relaciones epistolares que ya solo los bancos usan par gastar papel e infórmate o no, de las nuevas comisiones. Estoy abierto a todo, a criticas y halagos , a temas nuevos y consejos, para intentar tratar mejor, la música, la gente, las aficiones y las decepciones, pero como ya sabéis; entre amigos, nunca tratamos de política y/o religión.

Este servidor se despide, hasta muy pronto con mucho más.
“Buenas noches, y buena suerte.” 



         Vividor Empedernido & Cia.