viernes, 27 de noviembre de 2015

Giocondas y mafaldas

Qué caro es algo realmente bueno y bonito. Como nos perdemos por lo apreciado, por lo que gusta a todos y nos acaba obsesionando a cada uno. Muchas veces nos convencemos de que el esfuerzo tanto económico como personal vale la pena, nos durará mas, será mejor... proporcionará más satisfacción; y es que el hombre es insaciable, e incansable de cara a la búsqueda de poder, de destacar, de lo mejor. De perseguir lo que percibimos como lo mejor, lo que tiene la mejor fachada.

Es ahí donde fallamos, porque los hombres somos así, pero sobretodo las mujeres (y las mujeres como tú). Porque tú lo tienes todo, y no te falta nada. Porque si tenía que dar la cara por alguien, la daba por ti. Porque si eso supone un esfuerzo y cierta paciencia, la asumo y lo hago. Porque si la vida sale, que salga, que tu no vas a fallar, y si fallas tendrás tu razón y se te perdonará.
Lo dejaremos pasar por ser tú, porque algo habremos hecho, porque no la merecemos y queremos mantener lo que admiramos y creemos no merecer.

Pero como el hombre es hombre, y su cabeza no es mas fuerte que su percepción o su intención, caerá en esa fachada de atención, interés, deseo y acción digna de la mejor campaña de marketing. Pero tú lo sabes, lo has estudiado, y conoces perfectamente la fachada que tienes que mostrar, el problema es cuando se rompe la cáscara, se fuerza la fachada y se descubre el interior. En ese día o al siguiente, fallarás, serás quien realmente eres porque no podrás ocultarte más tras esa fachada de perfección de pureza y de exclusividad; antes o después te perderá tu pasión. Como decía Sandoval en la película que más me jode haber visto, por no poder volver a verla por primera vez: “uno puede cambiar de todo, de todo menos de pasión...”


"El secreto de sus ojos" 
Dir. J.J. Campanella 

Esa pasión por la que nunca cambias, aquello con lo que has vivido desde pequeña y aquello sin lo que no eres nadie. Esa parte de tu pasado, esa penetración en tu interior, es la brecha de tu fachada, es el roce entre placas que crea el terremoto de tu desvelo, de ser quien realmente eres. Y será ahí, en ese momento, cuando veamos tu imperfección, cuando descubriremos lo que hay detrás,  porque nadie es perfecto pero podemos hacer que las imperfecciones lo sean. Porque lo que es imperfecto para ti, igual es perfecto para mí, porque la subjetividad juega a favor y la falsa objetividad en contra. No temas de tu imperfección, no la ocultes ni la cambies. No busques, solo encuentra al que la haga perfecta.  A eso nos aferraremos, a descubrir la pasión que se encuentra detrás de vosotras, a intentar indagar y conoceros, hasta el punto en el que veamos, si compartimos pasión, o si todo lo que fue, era una fachada de lo que nunca hubo. En el primer caso, el menos probable pero el más agradecido sin duda, buscaremos seguir buscando e ir indagando y en él adoptaremos la búsqueda y el conocimiento de su pasión como la nuestra propia, una pasión enfevrecida.

Because "old habits die hard..."